Maximizar la precisión de tus cálculos calóricos requiere una recopilación cuidadosa de datos, autoevaluación honesta e interpretación reflexiva de los resultados. Sigue este enfoque sistemático para asegurar que tus objetivos calóricos respalden eficazmente tus metas de salud y forma física.
1. Obtén Medidas Corporales Precisas
Pésate por la mañana después de ir al baño, usando ropa mínima. Utiliza una balanza confiable y toma las mediciones de forma consistente. Para la altura, mídete sin zapatos contra una pared. Estas mediciones forman la base de tus cálculos calóricos, así que la precisión es esencial.
2. Evalúa tu Nivel de Actividad con Honestidad
Sé realista sobre tu nivel de actividad diaria. Sedentario incluye trabajos de oficina con movimiento mínimo. Actividad ligera incluye ejercicio ligero 1-3 días/semana. Actividad moderada incluye ejercicio moderado 3-5 días/semana. Muy activo incluye ejercicio intenso 6-7 días/semana. Extremadamente activo incluye ejercicio muy intenso, trabajo físico o entrenar dos veces al día.
3. Selecciona tu Objetivo y Aplica las Recomendaciones
Elige tu objetivo principal: mantenimiento (usa tu GEDT exacto), pérdida de peso (crea un déficit calórico) o ganancia de peso (crea un superávit calórico). La calculadora proporcionará automáticamente los objetivos calóricos apropiados. Para perder peso, apunta a un déficit moderado para asegurar un progreso sostenible. Para ganar peso, un superávit moderado suele proporcionar condiciones óptimas para el crecimiento muscular.
4. Monitorea y Ajusta Según los Resultados
Haz seguimiento de los cambios de peso, niveles de energía y progreso hacia tus metas. Si no ves los resultados esperados después de 2-3 semanas, ajusta tu objetivo calórico en 100-200 calorías. Recuerda que estos cálculos son estimaciones: las variaciones individuales en metabolismo, genética y estilo de vida pueden requerir ajustes.